martes, 22 de octubre de 2013

Prevención II - Salud del Adulto mayor

Actividad Física



Riesgos


Los adultos mayores pueden desarrollar la mayoría de las actividades que realizaban cuando eran más jóvenes, pero a menor velocidad. La calidad de las respuestas de los adultos mayores se ve afectada por el factor tiempo y por alteraciones a nivel del centro del equilibrio, esto lleva a que tarden más en adaptarse al ambiente y en tomar decisiones, esto puede exponerlos a caídas.


El sedentarismo puede provocar en el adulto mayor pérdida ósea, lo que también se configura en un factor de riesgo de accidentes y caídas.


Acciones

La actividad física moderada ( pasear) ha demostrado ser eficaz en la prevención de la osteoporosis; incluso hay estudios que muestran un aumento de masa ósea con el ejercicio, sin embargo este debe estar indicado por un especialista.
Es importante el papel de la prevención de caídas ( el 90% de las fracturas de fémur se asocian a una caída)
Hay una serie de medidas que esta probado ayuda a disminuir el riesgo de caídas en la tercera edad, las que se revisaran a continuación.

  • Vestuario: usar ropa cómoda, zapatos de tacón ancho y suela de goma, que permitan desplazarse sin dificultad.
  • Iluminación: hay recintos que requieren más luz, mantener una lámpara o interruptor cerca de la cama y evitar caminar en la oscuridad.
  • Suelo. Mantenerlo seco, despejado de juguetes, cables eléctricos, maceteros, mangueras, etc. Fijar las esquinas y bordes de alfombras y felpudos.
  • Escalera. Instalar unos pasamanos firmes y seguros a uno o ambos lados de esta. Verificar el buen estado de los escalones, se recomienda cubrirlos con goma antideslizante.
  • Baños. Usar pisos antideslizantes dentro y fuera de la ducha. Colocar barras para afirmarse, dentro de la ducha y al lado del excusado.
  • Muebles. Distribuirlos de modo que permitan una circulación expedita. Instalar estantes y repisas al alcance.

Reposo y Sueño

Riesgos

El sueño con la edad sufre modificaciones, en relación al el sueño nocturno en las personas de la tercera edad este parece fragmentarse, disminuye la duración total de éste y la cantidad de sueño profundo ( estadios III y IV ) por tanto de sueño reparador, con la consiguiente sensación subjetiva de no sentirse descansado al despertar. Entre los 60 y 70 años de edad o más, el sueño lento y profundo está casi ausente. Esto trae por consecuencia la presencia de sueño ligero ( estadios I y II ) . El tiempo que los ancianos pasan en cama sin dormir aumenta marcadamente a partir de los 60 años, al igual que la frecuencia de idas al baño en la noche y despertar temprano por las mañanas.

Por otro lado, entre los 70 y 80 años, el número de despertares nocturnos se incrementa sensiblemente, ya sea porque el sueño es fragmentado o porque necesitan más tiempo para conciliar el sueño y quedarse acostados, lo que los lleva a tener la sensación de una mala calidad de sueño.En la medida que una persona va avanzando en años, producto del aumento de los despertare nocturnos, los periodos de vigilia durante el día empiezan a ser interrumpidos por periodos cortos de sueño que pueden durar de 1 a 10 segundos o por siestas. Los hombres tienen menor continuidad de su sueño en comparación con las mujeres de su misma edad, teniendo mayor dificultad para mantener un sueño continuo, sobre todo en las dos últimas horas de la noche. Después de los 65 años se duerme menos en general y la diferencia de sueño prácticamente no varía entre hombres y mujeres.
En las personas de edad, la distribución temporal del sueño paradojal ( sueño rem) es uniforme en el curso de la noche, en oposición a lo que sucede con los jóvenes en los que este es mayor al final de la noche.

La cantidad de tiempo que un adulto mayor ocupa en dormir, es mucho menor que el que suele pasar en cama, y también es mucho menor el tiempo aprovechando en un dormir profundo.
Como se mencionó anteriormente, los despertares durante la noche son mucho más frecuentes en esta edad, aunque no se conoce muy bien la causa de esto, sin embargo, pueden inferirse factores tales como afecciones cardiopulmonares, apnea del sueño y dolores en general.

Dado que los trastornos del sueño se hacen más frecuentes con la edad avanzada, el uso de somníferos se acrecienta. La gente de edad reacciona en forma diferente a estos medicamentos y pueden presentar dos efectos colaterales: trastornos del equilibrio, confusión, síntomas atribuidos erróneamente a la senilidad. Esto lleva a determinar que en la vejez deba procederse de modo especialmente cuidadoso con el uso y prescripción de los somníferos.



Acciones


  • Iluminación: evitar la entrada de luz mientras se duerme. Eliminar luces de aparatos eléctricos.
  • Ruidos: evitar aquellos ruidos que perturban; por ejemplo tic tac de relojes o goteras.
  • Temperatura: mantener en la habitación un ambiente fresco y agradable.
  • Colchón: preferir uno liso, si es posible cambiarlo de posición periódicamente para evitar que se deforme.
  • Almohada: probar distintas alturas hasta ubicar la que mejor se acomode a la anatomía, debe ser cómoda para el cuello, es decir, ni muy alta ni muy baja.
  • Ropa: Elegir camisa de dormir o pijama cómodo, idealmente de algodón. Sábanas suaves para hacer del dormir algo satisfactorio.
  • Usar las frazadas necesarias para sentirse abrigado; sin que estas signifiquen peso sobre el cuerpo.
  • Mantener una actividad durante el día y evitar estar en el dormitorio.
  • Si es necesaria una siesta, esta no debe ser superior a 1 y media hora.
  • Tratar de exponerse a la luz natural durante el día, en la mañana y luego por la tarde por lo menos 30 a 40 minutos, de esta manera se ayuda a retrasar el ciclo adelantado de sueño que característicamente poseen.
 

Interacción Social

Riesgos

El mantenimiento de la salud mental de los ancianos se debe realizar desde la prevención primaria a través de la educación de ellos y de sus familiares, para que estos sepan atenderlos y apoyarlos.Es fundamental promover la autovalencia a quienes entran en la tercera edad y que participen en cursos que los preparen a enfrentar esta etapa de vida.

En este aspecto, las acciones que realicen tanto los familiares como los propios adultos mayores, contribuyen a establecer encuentros más significativos entre ambos.Muchos adultos mayores pueden caer en depresión si cambian de hábitat, son institucionalizados o se les cambian radicalmente sus costumbres. Un buen ambiente donde vivir en la tercera edad contribuye a tener una mejor salud mental



Acciones

La familia puede contribuir a la salud mental de los ancianos a través de :
  • Visitar o ser visitados por sus seres queridos.
  • Si no es posible juntarse con ellos, comunicarse por teléfono.
  • Preocuparse por expresar el cariño de diversas formas.
  • Ofrecer compañía a sus seres queridos cuando la necesite.
  • Escucharlos y tratar de comprenderlos .
  • Compartir con ellos sus penas y alegrías.
  • Hacerlos sentir útiles


Universidad Católica de Chile. (2013). Prevención II - Salud del Adulto mayor. Recuperado el 22 de Octubre de 2013 de, http://www7.uc.cl/sw_educ/enferm/ciclo/html/mayor/prevencion.htm

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